jueves, 24 de enero de 2019

PILAR RAYA: UNA NOCHE EN LA BIBLIOTECA


Unos niños que se llamaban Ciro y Pablo tenían que prepararse un examen y quedaron una tarde para estudiar en la biblioteca más antigua que había en su barrio.

La biblioteca estaba rota por todos lados: las ventanas, las puertas, las escaleras, los libros. Decían que casi nadie iba a la biblioteca. Normalmente estaba allí la mujer que vigilaba y también la que ordenaba los libros. También había un señor mayor, alto y con gafas, que miraba los libros que cogían.

Cuando terminaron de estudiar, fueron a coger algún libro, pero Pablo se metió por un pasillo muy extraño. Algunos libros no tenían nada escrito. Las estanterías tenían pintura por todos lados y todo estaba lleno de telarañas. Pablo llamó a voces a Ciro y el señor que vigilaba fue corriendo para ver dónde estaban. Cuando los encontró, les dijo enfadado: "fuera de aquí, que ya vamos a cerrar la biblioteca". Pablo y Ciro salieron, pero no estaban convencidos, así que se quedaron esperando en un callejón a que cerraran y saliera de allí el hombre.

Después de dos eternas horas, todos se fueron de la biblioteca. Pablo y Ciro no sabían muy bien cómo entrar y vieron una puerta en ese mismo callejón. Le dieron unas patadas hasta que la abrieron y entraron rápido, antes de que los vieran, porque escucharon unas voces cerca. Dentro de la biblioteca, todo estaba demasiado oscuro, no se veía nada. Tuvieron que estar un buen rato buscando a tientas un interruptor de la luz. Ciro lo encontró, lo pulsó y toda la sala se iluminó.

Cuando tuvieron luz, fueron en busca de ese extraño pasillo. Pero, cuando lo estaban buscando, notaron algo raro en la biblioteca. Todos los libros estaban casi fuera de las estanterías y se escuchaban ruidos de una parte de la pared. Pablo notó que estaba hueca y Ciro dijo: "a lo mejor esos libros que están vacíos abren la pared". Pablo dijo que no podía ser: "tiene que ser un libro que esté cerca".

Empezaron a toquetear todos los libros y uno de ellos abrió la pared. Pero había que poner una contraseña, porque encontraron unos números que se podían mover. Pablo pensó que la contraseña tenía que estar en alguno de los libros, así que se pusieron a buscar. Después de unas largas horas, no encontraron nada. Pero Ciro y Pablo se dieron cuenta de que cada vez que se caía algún libro se volvía a colocar solo en la estantería. Eso les pareció muy extraño y pensaron: "¿por qué no tiramos todos los libros y el que no se coloque solo puede ser el que tenga la contraseña?"

Bueno, eso hicieron y tenían razón, porque tiraron un libro demasiado gordo y pesado y no se levantó ni un centímetro. Ellos cogieron el libro y empezaron a buscar. Encontraron un papel metido entre las páginas, lo desdoblaron y vieron unos números que encajaban con la contraseña que tenían que poner. Los pusieron y se abrió y, entonces, todo empezó a temblar como si fuera un terremoto. Detrás de aquella pared había...¡Personajes de los libros! Estaban en una fiesta que ellos habían montado. Cuando se dieron cuenta de que estábamos allí, se asustaron mucho.

Ciro y Pablo les dijeron: "no tengáis miedo de nosotros, no os vamos a hacer nada". Un hada muy pequeñita les dijo: "¿De verdad que no nos vais a hacer nada?" Entonces, todos los personajes les dijeron: "No podéis decir nada a nadie". Ciro les preguntó: ¿Y lo sabe un señor mayor, alto y con gafas?" Los personajes dijeron: "Sí, ese señor fue quien nos creó."

Cuando ya se hizo demasiado tarde, Ciro y Pablo se fueron a sus casas y, desde entonces, se iban todas las noches a la biblioteca.



PILAR RAYA MUÑOZ 1º DE E.S.O. A

domingo, 20 de enero de 2019

LUCÍA PÉREZ: UNA NOCHE EN LA BIBLIOTECA


Un día feo y lluvioso tenía que ir al instituto. Cuando salgo de mi casa andando me suele acompañar mi amigo. Llegamos y lo primero que hicimos fue irnos directamente a la cafetería. Su aspecto era feo y sucio. Nos pedimos tostadas de tomate y dos zumos de naranja. Terminamos de desayunar y sonó la campana para comenzar la primera clase.

Al fin terminamos todas las clases. Luego solemos irnos a la biblioteca a estudiar y a leer libros de misterio. Al día siguiente teníamos un examen de Historia y había que estudiar muchísimo. Cuando terminamos de estudiar, empezamos a leer libros. Uno de ellos era muy interesante, porque trataba sobre unas chicas que se quedaban una noche entera en un cementerio en el día de Halloween y, entonces, se me ocurrió una idea. Expliqué a mi compañero lo que se me había ocurrido: nosotros íbamos a pasar esa misma noche en la biblioteca. Él me respondió: ¿cómo le piensas explicar a tu madre que te vas a quedar una noche aquí? Después de pensar un rato, se me ocurrió algo y llamé a mi madre. Le dije que me quedaba con mi amigo a dormir porque teníamos un examen muy difícil de estudiar.

Eran sobre las nueve y ya había amanecido. Cuando pasó media hora, una mujer entró en la biblioteca para vigilar si había alguien. Nosotros fuimos listos y nos escondimos. Habían pasado muchos minutos y la mujer seguía todavía allí. Más tarde oímos cómo se cerraba la puerta con llave. Cuando salimos de ese pequeño cajón, empezamos a registrarlo todo.

Pasaron las horas y nos aburríamos mucho. Pero, de repente, mi amigo desapareció. Me puse nervioso porque no lo encontraba. Al registrarlo todo, encontré unos libros con unos pequeños candados muy brillantes. Me despertaba mucha curiosidad saber qué podía haber dentro de ellos. Lo puse todo "patas arriba". Me cansé de buscar y me di cuenta de que, enfrente de donde estaba yo sentado, había una pequeña llave con forma irregular.

Cogí la llave y empecé a probar candado por candado. Al fin encontré el candado correcto. Cuando abrí el libro, me di cuenta de que estaba muy bien cuidado y me pregunté por qué estaría en una estantería de madera tan sucia. Empecé a leerlo: era de suspense y de miedo. Lo dejé abierto.

Estaba todo el rato pensando dónde podía estar mi amigo. Era muy tarde y estaba cansado. Al final, me dormí.

Después de mucho rato, me volví a despertar y vi cómo los personajes salían del libro. Me quedé con cara de asustado. Me levanté de la mesa en la que había dormido, me acerqué a los personajes y les pregunté: ¿Cómo os habéis salido de los libros? Pero no me respondieron. Giré la cabeza y allí estaba mi amigo. Me acerqué a él y fui a abrazarlo. En ese momento, él me dijo: ¿Quién ha abierto el libro? Yo le respondí. Él me explicó que había que encontrar la llave para poder abrir el libro y meter dentro a los personajes antes de que empezara la primera hora de clase. Cuando nos quisimos dar cuenta, los personajes eran muy grandes y lo destrozaron todo. Después de un rato, conseguimos meter dentro a los personajes y pudimos cerrar el libro.

Empezaba la primera clase. Nos escondimos para que la profesora no nos viera al abrir la biblioteca. Cuando la abrió, nos fuimos corriendo. Llegó la tercera hora y teníamos el examen de Historia. Me di cuenta de que no habíamos estudiado nada, pero fue una noche inolvidable.



LUCÍA PÉREZ PIEDRA. 1º DE E.S.O. A

domingo, 13 de enero de 2019

NUESTROS/AS CAMPEONES/AS DE LECTURA

Los/as alumnos/as que han sacado más libros de nuestra biblioteca durante el primer trimestre son:

  • Con 5 ejemplares:
          - Juan Oviedo López, de 1º de E.S.O. B
          - José Romero Ortiz, de 1º de E.S.O. B
          - Elizabeth Galán Contreras, de 2º de E.S.O. A

  • Con 4 ejemplares:
          - Verónica Lázaro López, de 1º de E.S.O. B
          - Mª Ángeles Lara Consuegra, de 2º de E.S.O. B
          - Juan Emanuel Zapata Rusu, de 2º de E.S.O. C


Los grupos más lectores son los siguientes:

  • 1º de E.S.O. B, con 38 ejemplares.
  • 1º de E.S.O. C, con 13 ejemplares.
  • 4º de E.S.O. B, con 10 ejemplares.