Érase una vez un niño que estaba en el coche tranquilo. De repente,
su hermano Peter lo asusta y le dice que ya sabe que no es una pantera.
Luego entra en una tienda de regalos. Ven una cabeza sin pelos, que
parecía momificada. La cabeza se ríe y dice: ¿puedo ayudarte? La cabeza
se levanta, y ven que no se trataba de una momia. Les pregunta que si
les dan miedo los animales salvajes. Luego les enseña una caja. Dentro
había unas bolitas que parecían canicas, pero les dijo que, según
contaba una antigua leyenda, eran ojos de una serpiente gigante,
arrancados por un águila. La serpiente sigue buscando sus ojos.
FIN
Frank Expósito Martí
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